Hay momentos en los que uno, ya bien sea por un simple recuerdo, por ver una imagen, por estar con niños pequeños o por acompañarles a ver una película, rememora cosas de la infancia, en este caso películas que nos hicieron soñar, que nos fascinaban o nos gustaban casi sin saber por qué. Y siempre hay alguna que se nos mete más adentro que las demás y que siempre alegra volver a verlas. ¿O no es así? Quizás soy de esas personas que no quieren perder nunca algo de ese niño que fuimos antaño, aunque sea a través de las películas de nuestra infancia.
Yo guardo un recuerdo especial para una de ellas. Mentiría si dijera que solo recuerdo una de ellas. Para mí, como para muchos otros niños, las películas de Disney siempre tendrán un lugar especial en nuestros recuerdos, pues crecimos con ellas.
En mi caso, la que creo que es la mejor con diferencia (y ya sabéis que siempre digo que para gustos colores) es la de El Rey León. La música, los personajes, los momentos, ... no hay nada que pueda decir que no me enganchara de ella, pues hasta "el malo malísimo", Scar, tiene un hueco en mis recuerdos.
Y el otro día, sin esperarlo, pude renovar esos recuerdos, si es que se puede llamar así. Volví a ver la película junto a mis sobrinos, y ellos me hicieron volver a ver esa inocencia y fascinación que provocan, a través de sus ojos. Algo realmente precioso.
Tal vez muchos me diréis que ya no hay tiempo para estas películas, pero creo que es bueno siempre encontrar un hueco para volver a sentirse niño. ¿Qué hay mejor que revivir la inocencia de antaño?
Y ahora, la música... varias canciones hay en esta película, El Ciclo Sin Fin, La Noche del Amor del genial Elton John, entre otras. Pero la mejor de todas a mi parecer es: "Hakuna Matata".
Aquí os la dejo, disfrutadla ;)